El Imam Sayyad (P) desde el movimiento de Ashura hasta su martirio

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Nota del día

El Imam Sayyad (P) desde el movimiento de Ashura hasta su martirio

El Imam Sayyad (P) en el día de Ashura… Su despedida con el Imam Husain (P)… Reflexiones sobre el sermón del Imam Sayyad (P) en Damasco… La decisión de Yazid de matar al Imam Sayyad (P)

El gran levantamiento de Ashura representa el movimiento islámico más duradero y significativo en la historia del Islam. Este movimiento se desarrolló en dos etapas principales. La primera consistió en la formación del yihad, el sacrificio y la defensa de la dignidad islámica. La segunda etapa abarcó la transmisión del mensaje, el establecimiento de los valores asociados y la explicación de los ideales de este levantamiento sagrado, que continuó bajo el liderazgo del Imam Sayyad (P).

Tras el suceso de Ashura, el Imamato y el liderazgo del movimiento de Karbala culminaron con el Imam Sayyad (P), en el momento en que él y los miembros de la familia del Imam Husain (P) fueron llevados en cautiverio. En ese período, los valores religiosos fueron distorsionados por los omeyas, y las normas religiosas se convirtieron en instrumentos al servicio de los califas omeyas, quienes carecían de competencia. El Imam Zayn al-Abidin (que P) inició su misión en un contexto donde contaba con pocos seguidores fieles [4], y comenzó a ejercer su liderazgo mediante un movimiento profundo y de gran alcance. Este enfoque del Imam Sayyad (P) sentó las bases para la revolución cultural impulsada por el Imam Baqir (P) y el Imam Sadiq (P). [5]

 

Desde La Meca a Karbala

Durante el viaje de La Meca a Karbala, el Imam Sayyad (P) acompañó la caravana del Imam Husain (P). Tras pasar por uno de los lugares en el camino, el Imam Husain (P), mientras cabalgaba, se quedó dormido por unos instantes. Al despertar, expresó: «De Allah pertenecemos y a Él retornaremos. ¡Alabado sea Allah, Señor de los Mundos!». Al escuchar esto, su hijo Ali Ibn Husain (P) se volvió hacia él y le preguntó la razón de recitar estas aleyas. El Imam (P) respondió que en el sueño le habían comunicado la noticia de su martirio. Su hijo Ali (P) le dijo: «Padre, que Dios no permita que le hagan daño. ¿A caso nosotros no estamos con la Verdad?». El Imam (P) respondió: «Sí, por Dios». Entonces, su hijo Ali afirmó: «Si estamos con la Verdad, no tememos a la muerte».

Según algunos narradores, esta conversación tuvo lugar entre el Imam Sayyad (P) y el Imam Husain (P), mientras que otros indican que fue entre el Imam Husain (P) y su hijo Ali Akbar (P).

El Imam Sayyad (P) narra: En el camino a Karbala, el Imam Husain (P) recordaba la historia del martirio del Profeta Juan (P) en cada parada, y en una ocasión dijo: “Una de las cosas que muestran la inferioridad de este mundo es que la cabeza del Profeta Juan (P) fue llevada como regalo a un rebelde del pueblo de Bani Israel”.

Es importante señalar que la historia del martirio del Imam Husain (P) en algunos aspectos puede parecerse a la historia del martirio del Profeta Juan (P).

Estas narraciones demuestran que el Imam Sayyad (P) estuvo siempre con su padre desde el inicio del movimiento de Ashûra y estuvo a su servicio durante todo el viaje. [6]

 

El Imam Sayyad (P) en la noche de Ashura

El Imam Sayyad (P) narra:

Estaba con mi padre la noche previa a su martirio. El Imam Husain (P) dirigió unas palabras a sus compañeros, diciendo: “Les concedo permiso para partir en la oscuridad de la noche. Aprovechen la penumbra y salgan junto con sus seres queridos y compañeros. Esta gente solo me quiere a mí, y si me matan, no tendrán nada que ver con ustedes.”

 Los compañeros del Imam (P) respondieron: «¡Por Dios, esto nunca sucederá!». El Imam (P) les replicó: «Si permanecen conmigo, seguramente todos serán asesinados mañana». Ellos dijeron: «¡Alabado sea Dios, que nos ha concedido el honor de ser asesinados junto a usted!». Entonces, el Imam Husain (P) oró y les indicó: «Levanten la vista y miren». En ese momento, por orden de Dios, ellos pudieron ver sus lugares en el Paraíso, y el Imam les decía: «Este es tu lugar, oh fulano; este, tu palacio; y este, tu rango, oh fulano».

Aquella noche, los seguidores y partidarios del Imam Husain (P) expresaron su lealtad al Imam (P), conscientes de que en ese camino podrían encontrar la muerte. Lo hicieron con orgullo y alegría, dispuestos a ofrecer sus vidas por el bien del Imam (P), incluso si ello implicaba perder mil vidas.

Asimismo, existen diversas narraciones que relatan cómo el Imam Sayyad (P) escuchó a su padre recitar poemas sobre su martirio, lo cual le causó profunda angustia. Esto ocurrió mientras el Imam se encontraba en su lecho de enfermedad y su tía Zaynab (P) lo cuidaba con esmero. [7]

 

El Imam Sayyad (P) en el día de Ashura

Respecto al estado físico del Imam Sayyad (P) en el día de Ashura, los relatos históricos coinciden en que el Imam se encontraba gravemente enfermo ese día, lo que le impidió participar en la batalla. En ese momento, el Imam Sayyad (P) se encontraba en lecho de enfermedad dentro de una tienda especial. La honorable señora Zainab (P) cuidaba de él con dedicación, y su condición era tal que ni siquiera podía mantenerse de pie para ver a su padre.

En las fuentes históricas, la primera cita del Imam Sayyad (P) en el día de Ashura es la siguiente:

En la madrugada de Ashura, cuando el ejército enemigo se enfrentó al Imam Husain (P), el Imam (P) levantó las manos y dijo:

“¡Oh Dios! Confío en Ti en medio de todo el sufrimiento. Tú eres mi esperanza en medio de tanta violencia. Tú eres mi confianza y mi provisión en todo lo que me suceda, sin importar cuánto parezca que mi corazón se debilita, que las trampas hagan que disminuya mi fuerza, que los amigos puedan desertar o que el enemigo se regocije por ello. Todo esto viene sobre mí por Tu voluntad, y cuando me quejo ante Tí, es por mi deseo de Tí, sólo de Tí. Tú me has consolado en todo y me has revelado el significado de ello. Tú eres el Dueño de toda gracia, el Poseedor de toda bondad y la Satisfacción Final de todo deseo”.

Otra narración del Imam Sayyad (P) sobre el día de Ashura relata la historia de su padre, cuando la situación se volvió difícil para él. El Imam Sayyad (P) narra que, aunque todos estaban muy angustiados, el Imam Husain (P) y algunos de sus compañeros mantenían una actitud tranquila, disfrutando de un estado de paz como si no temieran a la muerte en absoluto. En ese momento, el Imam Sayyad (P) compartió las importantes palabras de su padre con sus compañeros. El Imam Sayyad (P) relata:

Mi padre, mientras la sangre brotaba de su cuerpo, me abrazó contra su pecho y dijo: Oh, hijo mío, preserva la súplica que el Mensajero de Allah (PBD) enseñó a su hija Fátima (P), y que Gabriel le reveló al Profeta (PBD) para recitar en momentos de problemas y dificultades. Recita:

“Por el derecho de Yasin y el Sabio Corán, y por el derecho de Taha y el Gran Corán, o quien es capaz de satisfacer las necesidades de quienes Le piden, o quien sabe lo que hay en los corazones, o quien soluciona los problemas de los afligidos. Oh, el que tiene misericordia con los ancianos, Oh proveedor del niño pequeño, o quien no necesita explicación. Envía bendiciones a Muhammad y a la familia de Muhammad, y hazme de tal o cual manera…”.

Se narra que, tras la pérdida de todos sus compañeros por parte del Imam Husain (P), el Imam Sayyad (P), a pesar de su enfermedad, se levantó apoyándose en un bastón al escuchar la voz de su padre. Sin embargo, no tuvo suficiente fuerza para cargar su espada. Al ver esto, el Imam Husain (P) ordenó a Ummi Kulzum que lo regresara a las carpas, para que la tierra no quedara sin la descendencia del Profeta (PBD). Antes de su fallecimiento, el Imam Husain (P) le dejó a su hijo Sayyad (P) sus últimos testamentos y los secretos del Imamato, preparándolo para asumir esa responsabilidad. [8]

La mayoría de los historiadores coinciden en que el Imam Sayyad (P) se encontraba enfermo durante la batalla de Karbala, y consideran que esta enfermedad fue también una sabiduría divina destinada a la comunidad musulmana, con el fin de preservar la prueba de Dios en la tierra y asegurar la continuidad del verdadero califato del Mensajero de Dios (PBD). El Imam Sayyad (P) fue el único varón de la familia de Husain (P) que sobrevivió a la masacre de Karbala, regresando con vida para convertirse en el líder y guía de la comunidad. [13]

 

Su despedida con el Imam Husain (P) en el día de Ashura

En el día de Ashura, cuando la situación se tornó difícil para el Imam Husain (P) y quedó solo, observó las tiendas vacías de sus compañeros, y mientras repetía la frase: "No hay poder ni fuerza sino en Allah, el Altísimo, el Gran", se dirigió a la tienda de su hijo Zayn al-Abidin (P). El Imam Sayyad (P) yacía acostado boca arriba sobre un trozo de piel, mientras la honorable señora Zaynab (P) lo cuidaba. Al ver a su padre, el Imam Sayyad (P) intentó levantarse, pero debido a su grave enfermedad, no pudo. Entonces le pidió a su tía: "Ayúdeme a levantarme, porque este es el hijo del Mensajero de Allah que ha venido". La honorable señora Zaynab (P) le ayudó a sentarse, y el Imam Husain (P) comenzó a preguntarle por su salud, mientras él no dejaba de alabar a Dios.

Luego, el Imam Sayyad (P) le preguntó: "Padre, ¿qué hiciste hoy con estos hipócritas?". El Imam Husain (P) respondió: "Hijo mío, Satanás los ha dominado; se han olvidado de Dios, y el fuego de la guerra entre nosotros y ellos se ha encendido, llenando la tierra con nuestra sangre y la suya".

El Imam Sayyad (P) entonces preguntó: "¿Dónde está mi tío Abbas?". La honorable señora Zaynab (P) se llenó de lágrimas y miró a su sobrino, sin haberle informado aún del martirio de su tío, por temor a que su enfermedad se agravara. El Imam Husain (P) le respondió: "¡Hijo mío! Tu tío fue asesinado y le cortaron las manos cerca del Éufrates". Al escuchar esto, el Imam Sayyad (P) lloró intensamente hasta desmayarse. Cuando recobró el sentido, preguntó por sus otros tíos, y el Imam Husain (P) le informó que también habían sido martirizados.

El Imam Sayyad (P) preguntó: "¿Dónde están mi hermano Ali, Habib ibn Muzahir, Muslim ibn Awsaya y Zuhair ibn Qain?". El Imam Husain (P) le explicó: "Hijo mío, debes saber que en nuestro campamento solo quedamos tú y yo; los demás han sido asesinados y sus cuerpos yacen en el suelo".

En ese momento, el Imam Sayyad (P), con lágrimas, le pidió a su tía: "Tráeme una espada y un bastón". Su padre le preguntó: "¿Qué deseas hacer con ellos?". Él respondió: "Quiero ir al campo de batalla apoyado en un bastón para defender al hijo del Mensajero de Allah, porque no hay nada bueno en la vida después de él".

El Imam Husain (P) le prohibió esta acción, lo abrazó y le dijo: "Hijo mío, eres el más puro de mis hijos y el más virtuoso de mi familia. Serás mi sucesor en el cuidado de los niños y las mujeres, quienes están rodeados por los enemigos y las desgracias de esta época. Cuando tengan miedo, consuélalos y alivia su angustia con tus palabras sutiles y tranquilizadoras, porque no queda nadie más entre sus hombres a quien puedan acudir para contar sus penas y sufrimientos".

Luego, el Imam Husain (P) tomó firmemente la mano de su hijo y exclamó: "¡Oh Zaynab, Umm Kulthum, Sukaina, Ruqayyah y Fátima! Escuchen mis palabras y sepan que este hijo mío es mi sucesor y califa sobre ustedes, y debe ser obedecido".

Finalmente, dirigió a su hijo: "Envía mis saludos a mis seguidores y shiítas, y diles que mi padre fue martirizado inocentemente, y que lloren por él". [17]

 

El Imam Sayyad (P) y la descripción de la tragedia de Karbala

El Imam Sayyad (P) se encontró con Minhal ibn Amr, uno de sus seguidores shiítas, en el mercado de Damasco. Según algunas narraciones, esta reunión tuvo lugar después de que el Imam Sayyad (P) pronunciara su sermón en la mezquita de Damasco. Minhal le dirigió la palabra preguntándole: «¡Oh, hijo del Mensajero de Dios! ¿Cómo estás? ¿Cómo logras que la noche vuelva a la mañana?».

El Imam Sayyad (P) respondió con pesar: «¡Ay de ti! ¿No ha llegado aún el momento de que comprendas cómo estamos? En esta nación, somos como los hijos de Jacob atrapados por los faraones. Nuestros hombres han sido asesinados y nuestras mujeres mantenidas con vida. ¡Oh, Minhal! Somos los descendientes de Muhammad al-Mustafa (PBD), pero nuestros derechos han sido usurpados y nuestra sangre ha sido derramada injustamente en la tierra. Nos han desplazado de nuestras ciudades y de nuestra patria. En verdad, a Dios pertenecemos y a Él retornamos». [19]

 

Reflexiones sobre el sermón del Imam Sayyad (P) en Damasco

Tras la llegada de la caravana de los cautivos de Karbalá a Damasco, Yazid organizó una reunión en la Mezquita de los Omeyas con el propósito de celebrar su supuesto triunfo y humillar a la familia del Imam Husain (P). En ese acto, ordenó que un orador subiera al pulpito de la mezquita para elogiar a Yazid y sus antepasados, además de maldecir al Imam Alí (P) y a sus descendientes. En ese momento, el Imam Sayyad (P) se dirigió a Yazid (P) y solicitó permiso para hablar, diciendo: “Permítame subir a estas piezas de madera y decir algo en nombre de Dios.”

Aunque inicialmente Yazid rechazó la petición, ante la insistencia del público en escuchar las palabras del Imam (P), no tuvo más opción que permitirle que subiera al púlpito. El Imam (P) entonces pronunció un elocuente sermón en el que expresó:

«¡Oh, pueblo! Dios nos ha otorgado a los Ahlul-Bait seis cualidades que nadie más posee. Nos ha concedido superioridad mediante siete virtudes excepcionales: Sabiduría, Paciencia, Dignidad, Elocuencia, Coraje y Amor en el corazón de la gente. Además, nos ha dado el privilegio especial de pertenecer a la familia de Su Profeta (PBD). A nuestra familia pertenecen Hamza y Ya’far, y a nosotros, Asadul-lah (el León de Dios, Alí). Nos corresponden los nietos del Profeta en esta comunidad, Hassan y Husain. Quien me conoce, sabe quién soy; y quien no, le informo acerca de mi linaje y familia.

¡Oh, pueblo! Sepan que soy hijo de La Meca y Mina, hijo de Zamzam y Safa. Soy descendiente de aquel que llevó el Hayar al-Aswad en su capa. Soy hijo del Profeta Muhammad al-Mustafa, y de Alí al-Murtaza, quien luchó contra los politeístas en las batallas hasta que se rindieron ante el Islam y proclamaron: La ilaha illa Allah. Soy descendiente de aquel que combatió bajo las órdenes del Mensajero de Dios (PBD), portando dos espadas y dos lanzas, emigró en el camino de Dios en dos ocasiones, juró lealtad al Profeta en dos momentos, y luchó con valentía en Badr y Hunayn, sin abandonar nunca su fe.

Soy hijo del mejor de los creyentes, heredero de los profetas, destructor de los incrédulos, rey de los musulmanes, luz de los que luchan en el camino de Dios, belleza de los adoradores, honor de los que lloran por Dios, y ejemplo de paciencia y oración en la familia del Mensajero del Creador. Soy descendiente de aquel que fue asistido por Gabriel y Miguel, que defendió los territorios musulmanes y luchó contra rebeldes y opresores. Mi linaje proviene del señor de los árabes y campeón en los campos de batalla, padre de Hasan y Husain, nietos del Profeta (PBD). Mi abuelo es Alí Ibn Abi Talib (P).»

«Soy hijo de Fátima al-Zahra, la mujer más virtuosa, y de Jadiya al-Kubra. Soy descendiente de Husain, quien fue asesinado en Karbalá, sumergido en sangre.»

El Imam Sayyad (P) continuó presentándose con estas palabras, provocando lágrimas y gritos entre la multitud. En ese momento, Yazid empezó a sentir temor de que la situación se le escapara de control, por lo que ordenó al muecín que recitara el Adhan para interrumpir las palabras del Imam (P), aunque no era la hora de la oración.

El muecín proclamó: “¡Allahu Akbar!” (Dios es el más Grande), a lo que el Imam (P) respondió: “Dios es más grande, y no hay nada más grande que Él.” Luego, el muecín dijo: “Ashhadu an la ilaha illa Allah” (Doy testimonio de que no hay dios sino Dios), y el Imam (P) afirmó: “Sí, doy testimonio con toda mi vida de que no hay más dios que Él.” Cuando el muecín proclamó: “Ashhadu anna Muhammadan rasulullah” (Testimonio de que Muhammad es el Mensajero de Dios), el Imam (P) miró a Yazid y le dijo:

“¡Oh, Yazid! ¿Este Mensajero de Dios (PBD) es tu bisabuelo o el mío? Si afirmas que es tuyo, todos saben que mientes. Y si dices que es el mío, entonces ¡responde! ¿Por qué mataste a mi padre, le despojaste de sus pertenencias y tomaste prisionera a su familia? En el Día del Juicio, mi abuelo estará en tu contra.”

Yazid, en un intento de detener la intervención del Imam (P), ordenó que el muecín cesara y comenzó la oración del mediodía. Sin embargo, el impacto del discurso del Imam (P) fue profundo, influyendo en la mayoría de los presentes y difundiendo rápidamente sus palabras a otras regiones. Este acto permitió que la verdad sobre la impiedad y la incredulidad del gobierno omeya saliera a la luz, allanando el camino para futuros levantamientos.

En respuesta a estas protestas, Yazid intentó culpar a Ibn Ziyad y a algunos soldados, pero la situación se volvió insostenible. Finalmente, decidió consolar a los cautivos y le preguntó al Imam Sayyad (P) si preferían permanecer en Siria o regresar a Medina. Tanto el Imam (P) como la honorable señora Zainab (P) expresaron su deseo de estar junto a la tumba del Profeta Muhammad (PBD) en Medina.

El sermón del Imam Sayyad (P) dejó una huella profunda en la población siria. Según una narración de Ibn Baqī, tras su intervención, la gente lloraba y se lamentaba. Los presentes, incluidos ancianos y funcionarios del gobierno de Yazid, quedaron profundamente afectados por sus palabras, lo que contribuyó a despertar su conciencia. En esa misma reunión, algunos protestaron tanto que, cuando Yazid intentó rezar, muchos abandonaron la mezquita y no rezaron detrás de él.

El recuerdo de Husain (P) se fue extendiendo progresivamente por toda la ciudad, hasta el punto en que Yazid decidió trasladar la caravana de cautivos a Medina. En un principio, Yazid había ordenado mantener la cabeza bendita del Imam Husain (P) en lo alto del minarete de la Gran Mezquita de la ciudad durante cuarenta días. Sin embargo, tras el sermón del Imam Sayyad (P) y los resultados obtenidos, ordenó que la bajaran y la trasladaran al palacio.

Por supuesto, estas reacciones de Yazid eran hipócritas y tenían como finalidad controlar la situación social. Aunque intentó culpar a Ibn Ziyad por el suceso de Ashura, cuando este llegó a Damasco, Yazid lo recibió con respeto, lo colocó a su derecha y compartió vino con él. [20]

 

El sermón del Imam Sayyad (P) en Medina

Tras la noticia de Bashir Ibn Hazlam sobre la llegada de la caravana de la familia del Imam Husain (P) a Medina, la gente salió en masa para recibirla, acompañada de llantos y lágrimas. El Imam Sayyad (P) levantó su mano para silenciar a la multitud y pronunció el siguiente sermón:

"Alabado sea Dios, el Señor de los dos mundos, el Gobernante del Día del Juicio Final y el Creador de toda la creación. Doy gracias a Dios por las dificultades y calamidades que nos han sobrevenido en estos tiempos. Alabado sea Dios, quien nos ha probado con grandes tribulaciones y un acontecimiento de gran magnitud en el Islam. ¡Oh, pueblo! el Imam Husain (P) y su familia fueron asesinados brutalmente. Sus mujeres, fueron tomadas cautivas, y la sagrada cabeza del Imam (P) fue exhibida en las ciudades. Una calamidad sin igual, un sufrimiento indecible.

¡Oh, pueblo! ¿Qué corazón no se llena de tristeza ante esta tragedia? ¿Qué ojo no derrama lágrimas? Cuando los siete cielos lloraron por él, los pilares del cielo resonaron, la tierra gimió, los árboles, los peces, las olas del mar, los ángeles y todos los habitantes de los cielos se lamentaron por esta tragedia.

¡Oh, gente! ¿Qué corazón no se ha quebrantado por el martirio de Husain (P)? ¡Oh, pueblo! Nos dispersaron y expulsaron de nuestras ciudades sin haber cometido ningún pecado ni cambiado la religión del Islam. Por Dios, si el Santo Profeta (PBD) hubiera ordenado que nos combatieran en lugar de aconsejarles que nos honraran a nosotros y a nuestra familia, no habrían podido hacer nada más grave que esto.

En verdad, a Dios pertenecemos y a Él retornamos. ¡Qué grande, dolorosa, ardiente, difícil y amarga ha sido nuestra calamidad! Pedimos a Dios Todopoderoso que nos conceda recompensa y misericordia ante estas tribulaciones, porque Él es el Poderoso y el Vengador." [21]

 

La decisión de Yazid de matar al Imam Sayyad (P)

Tras el incidente de Karbala, Yazid tomó la decisión de eliminar al Imam Sayyad (P). Por esta razón, durante las reu n i o nes que mantenía con él y otros prisioneros en su palacio, esperaba que el Imam (P) pronunciara alguna palabra que sirviera como excusa para justificar su ejecución.

Un día, llamó al Imam a su palacio y le formuló una pregunta. El Imam (P) le respondió mientras giraba un pequeño rosario en su mano.

Yazid le dijo: "¿Cómo te atreves a dar vueltas al rosario mientras me hablas?"

El Imam (P) respondió: "Mi padre dijo, con la autoridad de mi abuelo, que quien, después de la oración de la mañana, sin hablar con nadie, tome el rosario en la mano y diga: 'Oh, Dios, he amanecido glorificándote y alabándote a la medida que el rosario gire en mis manos', recibirá la recompensa por recordar a Dios siempre y cuando el rosario mueva en sus manos. Yo también sigo a mi abuelo."

Al escuchar la respuesta del Imam (P), Yazid perdió el pretexto para ordenar su ejecución.

En otra narración, el Imam Sayyad (P) le dijo a Minhal: "Cada vez que Yazid nos convocaba, pensábamos que quería matarnos."

Según numerosas evidencias históricas, aunque Yazid tomó repetidamente la firme decisión de matar al Imam Sayyad (P) y a sus compañeros, Dios los salvó en cada ocasión. [22]

 

El martirio del Imam Sayyad (P)

De acuerdo con una narración transmitida por Abu Basir del Imam Ya'far al-Sadiq (P), el Imam Sayyad (P) alcanzó el martirio a los 57 años, en el año 95 de la hégira.

También se informa que el día del martirio fue el 12 o el 25 de Muharram, siendo este último el informe más confiable. [24]

El Imam Sayyad (P) fue martirizado durante el califato de Walid ibn Abdul Malik. Según Umar ibn Abdul Aziz, Walid, un gobernante tirano y opresor, había llenado la tierra de injusticia y opresión. Durante su reinado, sus agentes trataban a los descendientes del Profeta (PBD) con extrema crueldad y sin piedad.

El gobernador de Medina, Hisham ibn Ismael, quien había estado a cargo de la administración de la ciudad desde la época de Abdul Malik ibn Marwan, trató al Imam Sayyad (P) con crueldad. Tras su destitución por su excesivo maltrato a los habitantes de Medina, lo mantuvieron cerca de la casa de Marwan para que la gente pudiera vengarse de él.

Hisham admitió que no temía a nadie más que al Imam Sayyad (P), pero cuando el Imam (P) pasó con un grupo de compañeros, ninguno lo atacó ni se quejó de él. En ese momento, exclamó: "Dios sabe mejor en qué familia ha depositado Su mensaje."

 

Algunos historiadores narran que el Imam fue envenenado por Walid ibn Abdul Malik, mientras que otros creen que fue Hisham ibn Abdul Malik, hermano del califa, pero en cualquier caso, no pudo haber cometido el asesinato sin el permiso de Walid, el califa sunita de aquella época. [26]

Saiid ibn al-Musayyib relata: "Cuando el Imam (P) fue martirizado, toda la gente, desde los justos hasta los malvados, asistió a su funeral. Todos lo alababan y las lágrimas brotaban de todos. Nadie permaneció en la mezquita del Profeta (PBD)." [27]

Tras una solemne procesión fúnebre oficiada por los habitantes de Medina, el Imam Sayyad (P) fue sepultado en Baqi’, junto al santuario sagrado del Imam Hasan al-Muytaba (P). Esta área contaba con una cúpula y un santuario, pero en la época contemporánea fue destruida por los wahabíes. [25]

 

Notas

[1]. Al-Irshad, vol. 2, pág. 138; Tabaqat al-Kubra, vol. 5, pág. 221.

[4].Véase: Estudios e investigaciones en la historia del Islam, vol. 1, pág. 77.

[5]. Ibíd.

[6]. Tarij Tabari, vol. 3, pág. 309, al-Irshad, Sheij Mofid, pág. 226, Bihar al-Anwar, vol. 44, pág. 379

[7]. Bihar al-Anwar, volumen 42, página 298, hadiz 3 y volumen 45, página 1

[8]. Bihar al-Anwar, vol. 45, pág. 54, Ma'ani al-Ajbar, pág. 218 Da’awat, Rawandi, pág. 54, hadiz 137

[9] Vida de Ali ibn al-Husain, Shahidi, p. 49.

[10]. Al-Irshad, vol. 2, pág. 91

[11]. Bihar al-Anwar, vol. 45, pág. 1, A’yan al-Shia, vol. 1, pág. 601

[12]. A’yan al-Shia, vol. 1, pág. 600.

[13] Tabaqat, vol. 5, pág. 221;

[17]. Al-Damha al-Sakiyyah, vol. 4, p. 351, Ma’ali al-Sibtian, vol. 2, p. 22, Bihar al-Anwar, vol. 45, p. 46,

[18] Bihar al-Anwar, vol. 44, p. 298, Hadiz 3 y vol. 45, pág. Al-Irshad, pág. 231 Bihar al-Anwar, vol. 46, pág. 41, Hadiz 36

[19] Bihar al-Anwar, vol. 45, págs. 84, 143, 162, 175; Tarij al-Tabari, vol. 5, pág. 232

[20] Bihar al-Anwar, vol. 45, págs. 131 y 140;

[21] Luhuf, Sayyid ibn Tawus, pág. 237.

[22] Bihar al-Anwar, vol. 45, págs. 200 y 135

[23] Bihar al-Anwar, vol. 46, pág. 148, hadiz 4

[24] Bihar al-Anwar, p. 151, hadiz 10; Usul al-Kafi, vol. 1, pág. 468, hadiz 6

[25] Bihar al-Anwar, vol. 46, pág. 151, hadiz 10

[26] Bihar al-Anwar, vol. 46, pág. 152, Hadiz 12 y págs. 153 y 154

[27] Bihar al-Anwar, vol. 46, pág. 150

[28] Bihar al-Anwar, vol. 46, págs. 147 y 148, Hadiz 2, 3 y 4; Usul al-Kafi, vol. 1, pág. 467, Hadiz 2, 3 y 4

 


Fecha de emisión: « 2025/7/5 »
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